Antonio Camoyán y su exposición sobre Riotinto

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Antonio Camoyán, un mito de la fotografía de naturaleza española

 


 

 

“El fotógrafo de Doñana” expuso durante el XIX congreso de AEFONA en Alcalá de Guadaira su obra sobre Río Tinto “El alma del paisaje”

Antonio Camoyán, uno de los primeros fotógrafos españoles de naturaleza, estuvo presente en el XIX Congreso de AEFONA, celebrado en la ciudad sevillana de Alcalá de Guadaira durante los pasados días del 8 al 11 de diciembre.

El fotógrafo sevillano mostró sus impactantes imágenes de Río Tinto en la exposición “El alma del paisaje”, cautivando a los más de 500 visitantes que pasaron durante los días del congreso por el Teatro Riberas del Guadaira.

Atraído por la expresión artística desde muy temprana edad, probablemente influido por la afición a la pintura y la fotografía de su padre, Camoyán comenzó a hacer fotos desde muy pequeño, al recibir como regalo de su noveno cumpleaños una cámara Kodak de baquelita. Tras unos primeros escarceos con la pintura, fue a los 21 años, estando estudiando la carrera de medicina, cuando decidió dedicarse en serio a la fotografía, carrera que se afianzaría con la primera exposición sobre Río Tinto, que compartió con otros cuatro fotógrafos de la época.

El trabajo de Camoyán comenzó a ser reconocido nacional e internacionalmente sobre todo por su compromiso e implicación con el Parque Nacional de Doñana, donde ha pasado gran parte de su vida y donde ha capturado cientos de miles de instantáneas. Su imagen del alcornoque de Doñana puede que sea la foto española de naturaleza más internacional, ya que se reprodujeron 8 millones de ejemplares en un sello de correos europeo.

 

 

-Supongo que la colección de imágenes que presenta en el congreso de AEFONA bajo el título “El alma del paisaje” son el fruto de varios años de trabajo ¿es así?

Sí, claro, son fotografías hechas entre los años 1995 y 2011. Son una selección de alrededor de 60.000 que tengo en mis archivos.

 

 

-¿Qué es para usted Río Tinto?

Probablemente una obsesión, una de mis obsesiones fotográficas. He estado cientos de veces y te puedo decir que para hacer estas fotos he gastado 5 pares de botas de goma, desechas por su abrasiva superficie.

 

 

-Sus fotos, bajo mi opinión, están uno o varios pasos por delante de las muchas que he visto de Río Tinto de otros muchos grandes fotógrafos. Suponiendo que yo esté en lo cierto, ¿qué fundamentos me han podido llevar a esta conclusión?

Pues, no sé, probablemente la diferencia sea esa obsesión por el lugar, lo que me ha llevado a investigarlo sin descanso recorriendo incansablemente todos sus rincones. Probablemente sea el único fotógrafo que está haciendo expresionismo abstracto con el Tinto, lo que me lleva a mis fuentes. Yo empecé a hacer expresionismo abstracto movido por los cuadros que había visto de Viola, de Rothko y Zóbel.

 

 

-Parece, por lo que hemos visto en este congreso en las distintas proyecciones de los mejores fotógrafos de naturaleza del panorama nacional e internacional, que la evolución lleva hacia la abstracción…

A mi me atrae desde mis comienzos. Creo que desde el momento que un homínido hizo con un palo una pintura, en ese momento surgió la humanidad, cuando apareció la abstracción.

 

 

-Por cierto, los objetos que se ven en algunas de sus imágenes, botas, sillas de niño, escobas, etc… ¿estaban ahí o los puso usted?

No, no, yo intento tocar lo menos posible. Son objetos que estaban ahí y que me atrajeron por su integración en el entorno. Fíjate, algo que se puede considerar un residuo desagradable de ver en cualquier espacio natural, aquí adquiere una enorme fuerza compositiva.

 

 

¿Tiene predilección por alguna hora concreta del día para tomar las imágenes?

Lo cierto es que la ventaja que tienen este tipo de fotos es que las puedes hacer a cualquier hora del día y en distintas condiciones climáticas. El contenido metálico de sus aguas y lodos te ofrece la posibilidad de jugar con la temperatura de color, ajuste que hago en la posproducción con el programa Lightroom.

 

 

-Deduzco de sus palabras que no hecha de menos la fotografía analógica…

Pues no, no la hecho nada de menos. El que reniega de los adelantos técnicos es porque no sabe de arte. En mi opinión, no se puede ir contra el progreso sino que hay que adaptarse a él y sacar partido a las mejoras que ofrece. Desde luego, la digitalización de la fotografía ha sido una revolución que ofrece infinidad de ventajas a los profesionales, y te lo dice una persona de 70 años que archiva más de un millón de diapositivas.

 

 

-Otra de sus obsesiones ha sido Doñana ¿Cuál es su relación con este espacio natural?

Comencé mi relación profesional más intensa con Doñana por los años 60, cuando conocí al entonces director de la recién fundada Estación Biológica, Tono Valverde. La confluencia de intereses, la conservación y promoción de Doñana nos llevó a mantener una intensa relación, creo que fructífera para ambos y para el Parque.

Mi especialización durante esos años estuvo enfocada al paisaje y las aves, y sería la foto de la pajarera en el alcornoque la que me sacaría del anonimato nacional e incluso internacional.

Doñana me proporcionó experiencias inolvidables y el pequeño prestigio que conseguí como fotógrafo del Parque me otorgó la posibilidad de conocer a personas muy especiales, como, por ejemplo, Félix Rodríguez de la Fuente, con el que mantuve una relación controvertida, auque reconozco que lloré su muerte, la suya y la de los que lo acompañaban, que eran grandes amigos míos.

Tras los años como jefe del servicio fotográfico de las revistas Periplo y Ronda Ibérica, que me proporcionó la posibilidad de viajar por todo el mundo, volví a Doñana, donde fui nombrado jefe de uso público del Parque Nacional de Doñana y posteriormente ingresaría en un organismo que evolucionó en lo que actualmente se conoce como la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

 

 

-Después de tantos años viajando por todo el mundo, ¿qué opinión tiene de el entorno natural de su tierra, Andalucía?

Creo que Andalucía acoge una diversidad paisajística y faunística incomparables. Aquí tenemos los espacios más variados, marismas, alta montaña, playas bellísimas, etc… Vivimos en un rincón privilegiado y debemos ser concientes de ello. 

 

 

-En la actualidad ¿cómo ve la gestión del entorno natural por parte de los organismos públicos?

Creo que no hacen todo lo que deberían hacer. En un principio, cuando se creó la Consejería de Medio Ambiente, se empezó a trabajar bastante bien y se hicieron cosas muy adecuadas, pero parece que la fuerza inicial se ha diluido y se está bajando la guardia de una manera preocupante.

 

 

-Hay una faceta destacable más de su vida, no se hace un médico especialista en ginecología de un día para otro, hay que estudiar mucho y tener algo de vocación ¿no?

Sí, ha sido otra de mis pasiones, aunque relegada por la fotografía a un segundo plano. También soy médico por tradición familiar, ya que mi padre lo fue.

Ejercí como tal tres años después de acabar la carrera y cinco justo antes de jubilarme, y puedo decir que estos cinco años han sido de los mejores de mi vida. Los pasé trabajando con niños necesitados de educación especial de 18 colegios del Aljarafe sevillano.

 

 

-Supongo que entre las satisfacciones espirituales que le aportarían estos niños, encontraría una más artística, la de fotografiarlos…

No, nunca les hice una foto, no me parecía correcto y nunca lo hice. No estoy seguro de que fuera la mejor decisión, pero no estaba convencido de su conveniencia y no lo hice.

-Pero, ¿nunca se ha sentido atraído por fotografiar a personas?

Sí, de hecho lo hice. Hubo una época en la que realicé desnudos en la naturaleza, tanto de mujeres como de hombres, opción esta última, opino, muy escasa en los distintos autores de esta especialidad.

 

 

Para terminar, me gustaría conocer su opinión sobre el congreso en el que nos encontramos…

Me parece extraordinario. Me enloquece ver a tanta gente interesada por la fotografía de naturaleza, algo que no ocurría durante mis comienzos. Además, verlos aquí, en este entorno privilegiado y en mi tierra, me supone un gran gozo y alegría.

Por cierto, ¿tienes algo más que preguntarme? Ya sé que soy médico y que no debería, pero tengo que salir a fumarme un cigarro…

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