Nuestra compañera Marta Bretó nos hace llegar un resumen de un artículo suyo mucho más amplio que está disponible en la web de Indomitus ( https://indomitus.eu/ ) sobre un tema que nos debería hacer pensar, reflexionar y por qué no, debatir a todos fotógrafos de naturaleza
Os animamos a que, una vez leído su resumen, entréis en el texto completo, donde se profundiza con mayor detalle en el tema sobre no compartir de manera pública los lugares que fotografiamos: https://indomitus.eu/el-paisaje-secreto/
Gracias, Marta por tú trabajo y por compartirlo.

El paisaje secreto: Por qué no debes compartir públicamente la ubicación de los lugares que fotografías (Resumen)
Como fotógrafos de naturaleza sabemos que la fotografía y las redes sociales tienen un gran potencial para emocionar al espectador, despertar una necesidad de protección de la flora y la fauna salvajes e incluso para concienciar sobre los distintos problemas que amenazan los ecosistemas.
Sin embargo, pese a nuestras buenas intenciones a veces el impacto de compartir nuestras imágenes puede llegar a ser negativo, sobre todo cuando indicamos la ubicación exacta desde donde se han tomado las fotografías.

Este gesto aparentemente altruista de compartir la belleza de un entorno puede desencadenar una progresiva masificación del lugar, que sin un debido control y buen hacer de los visitantes pone en riesgo la flora y la fauna que tanto queríamos preservar.
Es por ello que aunque pueda parecer a priori egoísta por parte del fotógrafo, pienso que lo mejor para la naturaleza es no dar a conocer en las redes sociales el lugar exacto donde se tomaron las imágenes. Si alguien realmente quiere encontrar esos lugares, con un poco de esfuerzo lo conseguirá. Esta actitud discreta y prudente puede ayudar a reducir los peligros de la masificación.

Quizás debido al reciente confinamiento y a la llegada del verano este efecto de afluencia masiva hacia entornos naturales se ha visto acentuado en las últimas semanas, cuando sobre todo ríos y pozas en distintos entornos naturales han sido invadidos por hordas de turistas que clavan sus parasoles frente a una cascada y despliegan todo su arsenal festivo sin tener en cuenta el impacto de sus acciones sobre el medio ambiente: mesas de picnic, neveras, latas de cerveza, reproductores de música, hamacas, etc. Y día a día, mientras los turistas embadurnados con crema solar se introducen en el agua, los pequeños habitantes de esos lugares poco a poco desaparecen. Todas las zonas afectadas han sido recientemente publicitadas mediante enlaces y fotografías compartidas en las redes sociales.

Existen muchos casos documentados de espacios naturales que se han visto obligados a limitar el aforo, construir aparcamientos y cobrar entrada para evitar la degradación del lugar. Otros han visto su entorno totalmente modificado, e incluso algunas reservas de especial interés han llegado al punto de comprometer los valores que impulsaron su declaración como reserva natural.
Pero esto no es nuevo, es algo que ya hace tiempo que sucede, y que creo que como fotógrafos de naturaleza que usamos estos medios para divulgar nuestro trabajo y promover la conservación debemos tener en cuenta. No podemos mirar a otro lado, echar las culpas al gobierno y lavarnos las manos.

Mi pretensión con este artículo no es señalar ni aleccionar, sino compartir con vosotros una inquietud real de la que creo se debería hablar.
Marta Bretó
Artículo completo: https://indomitus.eu/el-paisaje-secreto/