En esta ocasión traemos a la sección a Andrés M. Domínguez Romero, uno de los más reconocidos fotógrafos de naturaleza que tenemos en AEFONA y en España.
Andrés es un apasionado de la naturaleza desde pequeño y lleva media vida practicando la fotografía de naturaleza de forma amateur con notable éxito, ya que muchas de sus imágenes han sido premiadas en diferentes certámenes internacionales y otras han sido publicadas en revistas y libros.
Andrés, cuéntanos brevemente quién eres y cuál ha sido tu trayectoria como fotógrafo de naturaleza.
Bueno, lo cierto es que mi conexión con la naturaleza viene de muy atrás, desde que era niño, ya que mi padre me transmitió los sentimientos hacia el mundo natural. Siempre me ha gustado salir al campo, perderme en el bosque o en la montaña, observar la fauna y la flora, oír cada sonido que procede de la naturaleza. Todas estas sensaciones siempre me han transmitido paz y una fascinación difícil de explicar. Con los años, esa conexión fue creciendo, y cuando descubrí la fotografía, sentí que había encontrado una forma perfecta de unir mis dos pasiones: la naturaleza y mostrar su belleza a través de las imágenes. La constancia y experiencia me han ayudado mucho a conseguir mis objetivos. Podría decir que llevo más de media vida saliendo con la cámara, aprendiendo cada día y emocionándome por las vivencias pasadas. En ese camino he ido construyendo mi forma de ver y sentir el mundo natural
A lo largo de tu trayectoria has recibido numerosos premios, pero ¿qué supone para ti ser el autor de “Cloak of silk”?
En este recorrido, algunas de mis imágenes han tenido la suerte de ser premiadas en certámenes nacionales e internacionales, lo cual siempre es una motivación para seguir adelante. No busco de inicio imágenes pensando en concursos; una vez que decido fotografiar lo que me gusta en ese momento, si posteriormente considero que hay potencial, entonces selecciono la imagen para poder usarla para ese fin. Me gusta mucho la foto documental, aunque siempre hay momentos para la creatividad. En cualquier caso, reconozco que hace ilusión cuando algo que tú has vivido con tanta intensidad también logra emocionar y gustar a los demás.
¿Cómo surgió esta fotografía?
Uno de los momentos más especiales para mí fue cuando mi fotografía “Cloak of silk” fue reconocida en varios concursos nacionales e internacionales. Más allá del premio en sí, fue una imagen que me marcó por todo lo que implicó. Fue uno de esos instantes en los que todo se alinea: la luz, el sujeto, el entorno… y tú estás ahí, atento, preparado, con la motivación de ver que podía ser una serie de imágenes muy atractivas. Esa fotografía no fue planeada. Surgió de una salida familiar y un paseo cercano a la zona elegida para pasar el día en el Parque Natural Sierra de Grazalema. Sin expectativas, solo con la intención de disfrutar de la fotografía macro. Y de repente, la naturaleza te regala una escena de una belleza tan delicada, tan sutil, que sabes que tienes que estar muy fino para capturarla con respeto y pasión. Para mí, «Cloak of silk» representa lo que sucede en cualquier pequeño rincón de nuestro entorno, el equilibrio natural.
¿Qué equipo utilizaste?
En cuanto al equipo, usé una cámara réflex digital y un objetivo macro. En este caso utilicé un equipo relativamente sencillo, ligero, sin trípode para en ese momento moverme con libertad.
¿Cómo fue la experiencia de asistir a la gala del WPY en el Natural History Museum de Londres?
La experiencia de asistir a la gala del Wildlife Photographer of the Year en el Natural History Museum de Londres fue inolvidable, aunque en 2012 también estuve por haber tenido otra imagen reconocida. El lugar es impresionante, pero más allá de eso, el ambiente que se respira es muy especial. Estás rodeado de personas que comparten tu misma pasión, que entienden lo que hay detrás de cada imagen expuesta: horas de espera, madrugones y también momentos de pura magia. Poder vivir eso, conocer a otros fotógrafos, intercambiar experiencias… fue un regalo. Algo que no se olvida.
Es agradable que reconozcan tu trabajo, pero ¿crees que los premios, y ahora las redes sociales, deben condicionar nuestro trabajo?
Respecto a los premios y las redes sociales, es un tema interesante. Creo que es importante tener los pies en la tierra. Es bonito que valoren tu trabajo, pero no hay que perder el norte. Hoy en día es fácil caer en la trampa de hacer fotos “para gustar”, para tener más likes o seguidores, y eso puede hacer que uno se aleje de lo que verdaderamente le mueve. Personalmente, intento seguir fiel a mi mirada, a lo que me hace vibrar. Si luego eso conecta con los demás, genial. Pero si no, también está bien. La fotografía, para mí, sigue siendo una apuesta personal, de conexión con el mundo natural, de contemplación y admiración a los seres vivos que nos rodean.
¿Estás de acuerdo con los que dicen que ya está todo fotografiado y es difícil ser original?
Sobre esa frase tan repetida de que ya está todo fotografiado, yo no estoy del todo de acuerdo. Sí, es verdad que hay muchos lugares y especies que han sido retratados mil veces, pero creo que siempre hay margen para la originalidad. No tanto en descubrir algo nuevo, sino en cómo lo miras tú. La luz cambia, las estaciones cambian, el comportamiento animal cambia… y tú también cambias. Lo importante es poner algo de ti en cada imagen. Aunque sea un ave muy común que todos han fotografiado, si tú logras transmitir lo que sentiste al verlo y la atmósfera que rodeaba la escena, ya es una imagen única.
¿Qué importancia le das a la fotografía realizada cerca de casa?
También soy muy adepto a la fotografía de proximidad, la que se hace cerca de casa. A veces tenemos la idea de que para hacer buenas fotos hay que viajar muy lejos, ir a destinos exóticos. Pero la verdad es que, si te tomas el tiempo de observar lo que tienes alrededor, puedes encontrar escenas maravillosas a pocos kilómetros de tu casa. De hecho, la mayoría de mis imágenes favoritas y reconocidas han sido hechas en lugares que conozco bien, a los que vuelvo una y otra vez. Eso te da una relación especial con el entorno, aprendes sus ritmos, sus secretos. Y eso se nota en la trayectoria.
Para finalizar, hace poco has publicado junto a tu hijo Andrés el libro “Fotografía de vida salvaje”. Cuéntanos como ha sido la experiencia de trabajar en un proyecto de esta magnitud con tu hijo.
Uno de los proyectos más emocionantes que he vivido recientemente ha sido publicar el libro “Fotografía de vida salvaje” junto a mi hijo. Fue un proceso largo, intenso, pero muy bonito. Poder compartir con él esta pasión, trabajar codo a codo, planificar salidas, revisar imágenes, escribir juntos… ha sido una experiencia que nos ha unido mucho más. Más allá del resultado, que estamos muy contentos con él, lo más valioso ha sido el camino. Es un proyecto que llevaremos siempre en el corazón por ser un proyecto que llegó quizás un poco pronto, ya que pensábamos hacer un proyecto parecido en unos 3 años, pero la llamada y propuesta del editor de Photoclub de la editorial Anaya hizo que adelantáramos dicho trabajo.
Muchas gracias por tu tiempo, Andrés. Solo nos queda felicitarte por tu impresionante trayectoria que ha sido ejemplo e inspiración para muchos de nosotros.