Continuamos compartiendo las colaboraciones de Mario Suárez Porras en su sección Objetivo Natural en La Nueva España. En su último artículo, Mario nos invita a fijarnos en una limícola tan discreta como fascinante: el correlimos oscuro (Calidris maritima), visitante invernal habitual de nuestra costa cantábrica.
La especie comienza a llegar a Asturias en noviembre, y uno de los mejores lugares para observarla sigue siendo el pedreru de Gijón, donde Mario ha dedicado más de dos décadas a fotografiarla. Su nuevo artículo incluye uno de los retratos más cercanos que ha conseguido nunca: una imagen íntima tomada la pasada temporada tras un largo y paciente acercamiento, ayudado por una focal equivalente cercana a los 1600 mm.
Además del valor fotográfico, Mario describe la elegancia del plumaje invernal del correlimos oscuro —con sus tonos gris oscuro y reflejos púrpura— y repasa la evolución de su población en la bahía gijonesa. Tras el deterioro de enclaves clave como Pando o el Arbeyal en los años 90, la especie sufrió un declive drástico. Aunque en los últimos años parece apreciarse una leve recuperación, continúa catalogada como “De Interés Especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
El artículo también recuerda la convivencia de esta especie con el vuelvepiedras común, otro invernante costero cuya presencia en Asturias también ha disminuido.
📌 Puedes leer la publicación completa en La Nueva España:
“El correlimos oscuro se luce en el pedreru de Gijón”
(Artículo del 27 de noviembre de 2025)
Desde AEFONA celebramos estas aportaciones que combinan divulgación, fotografía y conservación, acercándonos al valor de la fauna costera que cada invierno visita nuestras costas.