AEFONA está de luto. El pasado 22 de octubre falleció nuestro compañero, socio fundador y expresidente de AEFONA, Fernando Barrios Partida.
Dotado de un carisma especial al que, como buen gaditano, no le era ajeno un fino sentido del humor, Fernando destacó por su compromiso asociativo, su pasión fotográfica y su buen hacer como naturalista y divulgador comprometido.
Natural de Algeciras, donde residía, era un experto conocedor de la migración de las aves en el Estrecho de Gibraltar, a cuyo estudio y fotografía dedicó gran parte de su vida. Su libro “NÓMADAS del Estrecho de Gibraltar” es un clásico cuya lectura, plagada de anécdotas e información, destila ese profundo conocimiento. No en vano sus primeros censos en la zona datan de comienzos de la década de los 70, cuando participó en los estudios sobre migración contabilizando cigüeñas blancas y otras planeadoras durante las pioneras campañas dirigidas por el profesor Francisco Bernis.
Era igualmente un experto en el vencejo cafre, especie escasa cuya nidificación para la Península Ibérica estudió en profundidad, y sobre la que publicó diversos artículos y el cuaderno titulado “Vencejo cafre en La Almoraima”.
Amigo de sus amigos, Fernando era un incondicional cada vez que nos dirigíamos a Tarifa en los meses de septiembre para fotografiar la migración. ¡Cuántas veces llamaba interesándose por nuestra fecha exacta de llegada ya que se le hacía que tardábamos en aparecer! Y tras las fotos de la mañana durante las buenas horas de paso, nos dejábamos guiar hasta los mejores rincones de la localidad donde degustar el pescaíto frito o las ortiguillas…
Son tantas las anécdotas y buenos momentos pasados en su compañía que enumerarlos es tarea imposible. Pero yo no olvido el de aquel congreso (posiblemente año 2002) en el que ilustraba y contaba, con el inconfundible gracejo andaluz que le caracterizaba, sus avatares cuando, disfrazado rigurosamente de cigüeña blanca, intentaba retratar de cerca un bando de esta especie en la gaditana Laguna del Comisario durante la migración postnupcial. El disfraz incluía unas mallas rojas, a modo de patas, y una carcasa (pico incluido) de tubos de cobre, alambre y aluminio sobre la que se había colocado cuidadosamente el material que, pintado, semejaba una gran cigüeña. El conjunto se remataba con un pequeño agujero en el pecho del “ave” por el que asomar el objetivo. Por supuesto, cuando se acercó al bando todas las cigüeñas huyeron. Todas… ¡menos una! Precisamente la que después resultó estaba tuerta de un ojo, del lado por el que Fernando se aproximaba. Hay que imaginarse la escena…
Miembro de la primera Junta Directiva de AEFONA como vocal, y su presidente en 2005, Fernando fue uno de los socios fundadores, e incondicional de muchos congresos.
Desde AEFONA extendemos nuestras condolencias a la familia, amigos y cuantos tuvieron la fortuna de coincidir y compartir con él una parte del camino. Sin duda su recuerdo es y será una inspiración para todos.
Descansa en paz, amigo Fernando, y vuela alto con tus queridas cigüeñas.