Nacido en Países Bajos pero residente en Noruega desde 2010, Floris Smeets es el ponente internacional invitado a este XXXIII Congreso de AEFONA.
Descendiente de familia de biólogos, Floris reconoce que la pasión por la naturaleza forma parte de su esencia genética. Ecólogo de formación, es guía y fotógrafo profesional de la naturaleza desde 2014. A través de su compañía, Photo Tours Norway, se dedica una gran parte del año a realizar workshops para fotografiar especies de la fauna escandinava y guiar viajes fotográficos a algunos lugares icónicos del planeta.
Embajador de Sony, intenta a través de sus imágenes contagiar su pasión y conocimiento por la fauna, declarándose gran defensor de la naturaleza y apostando por una fotografía sin molestias a la fauna ni alteraciones al entorno. Aunque a menudo las especies animales en las que se centra no son las más sencillas de retratar, reconoce que su conocimiento del medio natural, su paciencia y su persistencia son la llave del éxito.
Nuestro invitado abrirá el sábado con una ponencia titulada «Land of Light and Life: Scandinavian Wildlife». En ella nos mostrará algunas de las especies con las que lleva tiempo trabajando. Especies bien adaptadas a esa región regulada por la presencia de fríos y oscuros inviernos, en contraste con los cortos pero intensos veranos en los que el sol no llega a ponerse. Floris reconoce que para un fotógrafo de la naturaleza esta zona puede ser un auténtico paraíso, pero sin lugar a dudas a la vez un entorno extremadamente duro y hostil para realizar su trabajo. Nos enseñará algunas de sus mejores imágenes realizadas bajo estas condiciones, desde búhos nidificando con el sol de medianoche a bueyes almizcleros soportando terribles tormentas de nieve en lo más duro del invierno.
El domingo cerrará el tiempo de ponencias con la titulada «The Cost of the Perfect Photo: Rethinking Our Impact as Wildlife Photographers». Con ella abordará la problemática suscitada en los últimos años debida al excesivo turismo de naturaleza en algunos lugares de nuestro planeta. Es bueno, reconoce, el aumento del interés que el medio natural suscita. Pero esto ha conllevado un aumento en la presión que sufren determinadas áreas naturales, molestias a la fauna e incluso degradación del entorno. Como resultado se han tenido que implementar normas restrictivas en algunos de los destinos fotográficos más populares, poniendo límites a dónde y cuánto podemos acercarnos a determinadas especies animales. ¿Cuál es nuestra posición como fotógrafos de naturaleza? ¿Hasta qué punto nuestra presencia influye en el bienestar de la fauna? ¿Justifica la foto perfecta nuestro impacto en la naturaleza? Son algunas de las cuestiones que plantea y que seguro no dejarán a nadie indiferente.